y no me he encontrado ninguna.
He probado todos esos anti-placeres
y me he sentido vacía.
He estado sola al borde del suicidio
y nunca me he sentido favorecida
ni con ese Dios que dicen existe,
ni con ese anti-él que también dicen,
mucho menos con la muerte.
Morir no es dejar de respirar,
morir es dejar de existir aunque respires.
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