La noche me acompaña
envuelta en un frío atroz.
Deje de creer en los ángeles
y en el cielo
para poder pasar a la realidad.
Ya no hay más cuentos de hadas
usted se empeñó en romperlos
y helar mi alma hasta dejarla casi muerta
revolcándose en el piso que me traga
que me llena de odio y vómito.
La fría noche se divierte
casi como ver a un niño llorar
o un muerto volver a morir
un recuerdo volviendo a resucitar
un fantasma deambular
por mi habitación que se incendia.
Vuelvo al oscuro pasillo
que nunca pude olvidar,
vuelvo a probar las sustancias;
a vivir mi vicio instantáneo,
mi expulsión a la vida real
mis temores volviéndose físicos.
Llegan dramáticamente las musas tristes
tu imagen se va borrando
viejas fotografías que se rompen
noche revuelta
que se revuelve en mi cama
y en mis almohadas.
Noche revuelta
llena de locura insana
los fantasmas se divisan en mi cerebro
mi mente hace un contacto con universo
hablo contigo y de ti
hablo de lo que prometí y nunca cumplí.
Hablo de este vacío
que creí podrías llenas,
hablo de lo estúpido de este escrito
que nunca leerás.
Mi vicio es alcohol y tabaco
el amor sólo pasatiempo
que se esfuma más pronto que el humo
de este cigarro.
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