Suicidio

¿Usted se ha puesto a pensar en lo guapo que es?

Seguro usted pensará que no lo es, pero no tiene nada que ver con su físico.
Sólo tiene que ver con lo que tiene dentro y no son sus bellos órganos porque todo lo que usted posee es hermoso.
Me refiero a ese palpitante amanecer que brilla dentro de su pecho y a ese estómago tan perfecto
porque estar con una persona como yo es un gran acto de valentía.
También me refiero a esos bellos ojos color de esmeralda y resplandor de luna, esos mismos ojos donde me gusta
observarme y lanzarme al precipicio. Porque verme dentro de ellos es lo más cercano a un suicidio.
Me gusta mucho su nariz que desafía a las esculturas más bonitas que se han hecho y que decir de su pie
descalzo y suave que pisa firmemente el pavimento.
Me encantan sus manos que luchan por sus ideales y los llevan hasta el fin.

¡Pero que torpeza la mía!

Me había olvidado de decir que me fascina su boca y esos labios que incitan a la libertad jamás soñada.
Me gusta su lengua como su sexo, hambrientos de conocimiento. Que bello sexo tiene usted, ese sexo donde me puedo perder
por mucho tiempo y sería mi salvación escalarlo hasta encontrar el líquido que me haría perder de nuevo.
Ese volcán en erupción que me corrompe en grados inimaginables, ese volcán en erupción que me lleva al límite
de seducción.

Que bonito poderle decir lo que siento, amor mío. Es que usted es lo más bello de todo el universo y el infinito.
Que precioso poder saber que ocupo un lugar en su corazón. Usted es el más maravilloso torbellino que he conocido.
Conocerlo a usted fue un completo suicidio porque usted me matará de amor...